La Tinença de Benifassá
Aunque en un post anterior ya he mostrado la belleza de la comarca más interior y septentrional de la Comunidad Valenciana (https://luzmediterranea.wordpress.com/2012/03/14/el-padre-de-las-hayas/), la Tinença es un lugar cuyo encanto y magia te hechizan y dulcemente te obligan a volver una y otra vez; y no será la última. A mí me gusta especialmente el pueblo de El Boixar, donde Marisa y Ximo te atienden fabulosamente en su Casa Refugi (http://www.elboixar.net/). A pesar de ser un enclave de pura montaña, ya se sabe que en el entorno del Mediterráneo tan sólo se necesita un día claro y una buena atalaya para disfrutar de la visión del inmenso Mare Nostrum. Parece mentira que esta imagen esté tomada tan sólo a pocos metros de la población de El Boixar.
El paisaje quebrado tiene una fuerza difícil de transmitir mediante imágenes. Profundos barrancos flanqueados por imponentes farallones dominan el agreste y solitario paisaje.
Especialmente en otoño, el hayedo del Retaule nos regala estupendas estampas de potente colorido.
El rincón que ocupa el Faig Pare (El Padre de las Hayas del que ya hablé en el post anterior) constituye una auténtico santuario natural, a modo de Capilla Sixtina botánica. Puedo asegurar que su contemplación cercana provoca una admiración reverencial y más de un escalofrío nos recorre de arriba abajo el espinazo.
Espectaculares tajos como el que constituye el Barranco del Salt nos regalan húmedos y frondosos recorridos y bellas estampas como la del Salt de Robert, que aunque con poca agua no deja de maravillarnos.
Para finalizar una curiosa estampa del Embalse de Ulldecona que da testimonio del seco verano y que muestra toda la infraestructura que habitualmente queda oculta bajo el agua.
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